MITOS SOBRE NUTRICIÓN
MITO 1: “Tomar fruta después de comer engorda”
¡No hay ningún fundamento científico que apoye esta hipótesis! La fruta es un alimento esencial para llevar una alimentación saludable y equilibrada. De hecho, se recomienda tomar 2-3 piezas de fruta al día. Además, si consumimos fruta después de comer quitamos de nuestra alimentación otro tipo de postres como bollería, galletas o cualquier dulce. Por ello, consumir fruta es bueno a cualquier hora, y aporta el mismo valor calórico después de comer. Así que… ¡¡no hagamos caso a estos mitos y comamos fruta de postre si nos apetece!!
MITO 2: “Beber agua durante las comidas engorda”
Todos sabemos que hay que beber agua, sí. Y sabemos también que el agua es buena para el organismo, ¿no? Por lo tanto, ¿por qué quitarla en un momento clave como la comida? Beber agua es bueno a todas horas, y de hecho, antes de comer podría ser beneficioso para reducir el apetito y por lo tanto la ingesta.
MITO 3: “Tomar una copa de vino al día es saludable”
¿Cuántas veces hemos escuchado esta afirmación? El consumo de alcohol no es saludable en ninguna de sus circunstancias. Si tu alimentación es saludable, puede ser compatible. Pero no olvidemos que el alcohol es una sustancia tóxica para el organismo, y da igual que sea en forma de vino o de cerveza.
MITO 4: “Los alimentos light adelgazan”
Pues no, los alimentos light no adelgazan. Es cierto que tienen una reducción del 30% del valor calórico total pero no, no adelgazan. Además, a pesar de que las versiones “light” suelen aportar menos calorías, grasas o azúcares que las versiones de referencia, algunos de estos alimentos siguen conteniendo grasas y azúcares de manera significativa.
Por otro lado, muchos de estos productos retiran las grasas que son saludables (ya que las grasas aportan más calorías) y las sustituyen por ingredientes menos calóricos pero más insanos, convirtiéndose así en alimentos mucho más pobres a nivel nutricional.
MITO 5: “Tomar más de dos huevos a la semana es malo para la salud”
A día de hoy, todavía hay personas que toman menos de dos huevos a la semana porque “es malo para el colesterol”. Primero, debemos aclarar que es mucho más importante el colesterol que fabricamos nosotros de manera endógena (en el hígado), que el colesterol que aportamos con los alimentos. Y este colesterol que sintetizamos, depende de muchos factores (no sólo del colesterol ingerido). Uno de ellos es la dieta, sí, pero también de otros aspectos como el azúcar que tomemos o la calidad de la grasa que consumamos.
También, debemos saber que el colesterol no es una molécula perjudicial. De hecho, es fundamental para nuestro organismo y por sí mismo no es malo. El problema viene cuando lo tenemos en niveles inadecuados.
Por lo tanto, ¿por qué restringir el consumo de estos alimentos? El huevo, es un alimento rico en proteínas de buena calidad y grasa saludable, y aunque sea un alimento rico en colesterol, no quiere decir necesariamente que nos suba el colesterol sanguíneo.
MITO 6: “Comer hidratos de carbono por la noche engorda más”
El problema de los hidratos de carbono es que es un tipo de macronutriente que se encuentra repartido en muchos alimentos, y por lo tanto, no todos son iguales ni tienen el mismo efecto. Por ello, no es tan importante el momento del día sino el tipo y cantidad de hidratos que consumes.
Nuestro cuerpo almacena los hidratos de carbono en forma de glucógeno, tanto en el hígado como en el músculo. Lo primero que ocurre cuando consumimos alimentos ricos en este macronutriente es que se empieza a llenar ese almacén de reserva. Un exceso de ellos supondrá sobrepasar la capacidad de almacenamiento y por lo tanto se transformarán en grasa. Pero esto ocurre tanto por el día como por la noche, es decir, si nosotros no hemos consumido hidratos suficientes para llenar nuestro almacén, no va a pasar nada si comemos arroz o pasta por la noche, no vamos a engordar más.
MITO 7: “Las embarazadas tienen que comer por dos”
Las embarazadas tienen que comer pensando en los dos, no por dos. Es cierto que los requerimientos calóricos se ven aumentados, pero solo en la segunda mitad del embarazo y en 300 Kcal. Por lo tanto, simplemente guiándose por el apetito y la saciedad es suficiente para alimentar al niño. Su organismo se va a encargar de nutrir al feto, y lo único que tienen que hacer es mantener una dieta saludable y equilibrada que proporcione todos los nutrientes necesarios para ella y para el bebé (hay que prestar especial atención a nutrientes como el ácido fólico o el hierro, los cuales sí se ven incrementados durante este período).
MITO 8: “La margarina es más saludable que la mantequilla”
La mantequilla ha ido cobrando muy mala fama con el paso de los años por ser una grasa saturada. Esto, ha llevado a realizar cambios en nuestra alimentación y a optar por alternativas como la margarina. ¡Error! Las grasas saturadas de la mantequilla son mucho mejores y más saludables que las grasas hidrogenadas de algunas margarinas. ¡No hay peor elección y peores efectos en la salud que las grasas trans o hidrogenadas! Tienen alto poder aterogénico, y por lo tanto mucho mayor riesgo cardiovascular que las grasas saturadas de la mantequilla.
Antes que nada, no debemos olvidar que hay grasas mucho más saludables como el aceite de oliva virgen extra. Pero, en el caso de optar por una margarina, ¡asegúrate que sea sin grasas hidrogenadas!
MITO 9: “Hay que eliminar las grasas para adelgazar”
Un error muy frecuente, es fiarse más de las calorías de los alimentos que de la calidad de esas calorías. Esto lleva a la deducción de: “las grasas son calóricas, por lo tanto engordan, y por lo tanto las tengo que eliminar de mi dieta si quiero adelgazar”. Esta mala deducción, está cada vez más extendida y se ha convertido en una mala creencia.
No debemos fijarnos tanto en la energía que aporta un producto sino en lo saludable que sea ese producto. Los azúcares son menos calóricos que las grasas. Esto no quiere decir que sean más saludables, y todos aquellos productos que nos venden como “bajos en grasas” “bajos en calorías” pueden ser ricos en azúcares refinados. Por lo tanto, en vez de estar consumiendo un producto que tú considerabas sano por ser bajo en grasas, estás tomando un producto mucho más insano y más pobre a nivel nutricional.
Por ello, no debemos quitar las grasas de la alimentación. Lo que tenemos que tener en cuenta es la calidad de esas grasas y no las calorías que puedan aportar.
MITO 10: “Comer pan engorda”
¡Cuántas veces habremos oído esta afirmación! El pan no engorda por sí solo, suele engordar más lo que le acompaña. Es cierto que no es un alimento muy interesante a nivel nutricional y que no debemos tomar pan todos los días y en grandes cantidades, pero tampoco hay que eliminarlo de la dieta.